THE DEFINITIVE GUIDE TO VIERA VIDENTE

The Definitive Guide to viera vidente

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five Como ellos Rilke participó de la intuición primordial del mundo que aflora a la conciencia cuando –al cesar el principium individuationis– se actualizan las estructuras arcaicas de la psique y se alcanza a aprehender la Unidad viva y cambiante que subyace detrás de la percepción parcelada. De ahí su certeza de que todos nuestros órganos son los cómplices de un ser excellent y que “los hombres de aquí y de ahora no estamos inmovilizados en el mundo del tiempo, sino que desbordamos sin cesar hacia los hombres de antaño, hacia nuestro origen y hacia los que vienen detrás de nosotros”.

Pero esa transformación que comienza con el conocimiento de sí, no es en el futuro ni depende del tiempo, ni tampoco se experimentará como remaining del ciclo terrestre de existencia. Lo que pertenece al tiempo no puede experimentar lo intemporal. La transformación no se producirá en un cierto momento que imaginamos adelante, en el futuro; por el contrario, lo genuine carente de tiempo está siempre al alcance del hombre.

La palabra poética es un agente de reintegración a la Totalidad de la que el hombre se ha desgajado, pues conserva, en ese sentido, la virtualidad creadora de la palabra divina. De ahí que el artista, el poeta, “comprenda a la naturaleza mejor que el sabio” y sea el único que “puede penetrar el sentido de la vida”.

La Gran Obra es la conquista del punto central donde reside la fuerza equilibrada. Los hombres que llegan a ese punto central son los verdaderos adeptos, son los amigos y los confidentes de los príncipes del cielo; la naturaleza les obedece porque quieren lo que quiere la ley que hace marchar a la naturaleza.

En sus ojos azules arde la llama del desconten­to. El es la revolución; él es el hombre peligroso para la sociedad inmersa en el sueño, y también es él el que conoce la Sabiduría Infernal de aquel proverbio que Blake leyera en su Visión Unforgettable:

La Noche adquiere por fin su máximo valor de alteridad. Una transrealidad pocas veces alcanzada. Es la “ventana a lo infinito”, la “abertura” que se comunica con los niveles invisibles, la vía por la que se accede –después de haber superado la soledad y la desesperación– a la plenitud de un nuevo nacimiento, a ese estado de ser que no es distinto del amor.

Antes que elegir perderse en la Maya, desgarrados por la precariedad esencial, es necesario desembarazarse de los condicionamientos, aclarar el estado de confusión y transformarse psicológicamente mediante una verdadera revolución interior. “Tomar conciencia de que uno está condicionado no tiene sentido más que cuando el hombre se vuelve hacia lo incondicionado y busca la liberación”.9

Apresado por el temor se esfuerza en olvidar, se propone respuestas y acude a los razonamientos, pero ese senti-miento obsesionante ya se ha instalado en él y comienza a crecer la contingencia.

Todo el romanticismo have a tendencyía hacia ese anhelo de unidad. Como afirma Béguin, su grandeza consistirá en haber reconocido y afirmado la profunda semejanza de los estados poéticos y de las revelaciones de orden religioso, haber puesto su fe en los poderes irracionales y haberse consagrado en cuerpo y alma a la gran nostalgia del ser desterrado.

A pesar de las deformaciones que puedan haberse producido en ese cuerpo de recuerdos, las coincidencias son notables y todos los pueblos memoran el sentido creador de seres semidivinos o héroes civilizadores que en un mundo diferente fundaron los modos de ser que sirven de modelo al comportamiento de los hombres.

Un nivel supraético, a­temporal e impensable en el que la personalidad ordinaria,­ el “yo” de la experiencia sensomotriz desapa­rece, para dar paso al “hombre nuevo”, capaz de conocer­ la realidad y prescindir de las nociones relativas.

Baudelaire es el hombre arrojado en el mundo. Desde su nacimiento está maldito y condenado por haber pretendido usurpar los poderes creadores del Verbo. Sobre la tierra, o para ser más exactos, en el nivel ordinario de conciencia, las salidas están clausuradas. Su plan de la redención del pecado se aparta de la concepción ortodoxa para situarse en el nivel impreciso de un oscuro pitagorismo. Baudelaire busca una desdibujada trascendencia hacia la unidad primordial.

La gran ascesis surrealista comienza con una toma de conciencia de lo absurdo del mundo, de la gratuidad de la existencia. La learn this here now vida se les presenta como una inconsistente sucesión de momentos carentes de sentido. Hay una ansiedad frente a la muerte y a la nada. Ese vértigo mórbido, esa náusea en el sentido sartreano es solamente un punto de partida.

No obstante, al margen de la actividad espiritual de esos hombres excepcionales, la comunidad, como sistema­ apropiado para lograr el retorno al prototiempo, method elaboraciones arquetípicas y sistemas paradigmáticos­. Se huye del terror de la historia, del dolor sin sentido que comporta ese ritmo irreversible y aplastante­ que en última instancia nos aproxima a la muerte. El devenir implacable del tiempo lineal no permite regresos, y el dolor cotidiano acentúa esa sensación de gratuidad. El hombre se resiste a admitir como una constante de su vida ese tránsito lineal que lo destru­ye. Entonces se defiende del tiempo y la practica “cortes” de la misma manera que la naturaleza atempera ese transcurrir inacabable mediante las estaciones, los días y las noches.

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